El buen funcionamiento de nuestro coche proviene en gran medida de un buen ajuste del acelerador y freno. En una vuelta a un circuito son numerosas las frenadas y aceleraciones que se hacen, por ello el tema del ajuste del varillaje supone, quizás, uno de los más importantes a la hora de reglar un coche, aunque también uno de los más difíciles.

En primer lugar vamos a empezar con una serie de conceptos que hay que tener claros. El primero es cómo pegar el ferodo a las pastillas de freno. Para hacer este procedimiento se suelen utilizar tres técnicas. Hay quien los pega con cianocrilato; es quizás la manera más cómoda y rápida, pero también la menos efectiva, ya que tarde o temprano se terminarán soltando. Otra manera es usar un pegamento de dos componentes. Si la anterior manera era la más cómoda, esta es quizás la menos, pero muy efectiva. Por último, hay quien utiliza para realizar esta operación simplemente pegamento de contacto. Siempre que no se ponga mucha cantidad y se deje secar bien será muy difícil que se separe.
Una vez que tenemos pegadas ambas partes es conveniente aplicar un poco de presión durante un rato para asegurarnos de que las dos partes quedan bien pegadas. El segundo punto es muy importante: todas las varillas deben trabajar de forma completamente horizontal; cuando las varillas trabajan inclinadas se originan rozamientos que hacen que el conjunto del varillaje no trabaje suave.
El tercer paso es que todos los puntos sobre los que giran las varillas en la paleta del servo estén completamente sueltos y con una mínima holgura. El cuarto es pura física: cuanto más lejos del centro de la paleta del servo coloquemos las varillas, más rápido será el movimiento de frenado o de aceleración, pero menos fuerza obtendremos y más recorrido necesitaremos. Como siempre en esto, hay que buscar el compromiso entre los dos factores.
Y el quinto es que siempre debemos procurar que todo trabaje en ángulos de 90 grados, sobre todo cuando al frenar se ejerza la mayor fuerza. Para ello la mejor manera es doblar las levas de los frenos en el sentido y los grados necesarios. Una vez que tenemos estos puntos claros, pasamos a lo que es el ajuste en sí. El primer paso es montar las pastillas en el soporte del diferencial central y darle la medida adecuada para que el coche frene bien y no se quede frenado. Con dejar una holgura que ronde entre los 0.4 – 0.5 mm. entre el disco de freno y las pastillas es suficiente.
Yo para ello lo que hago es montar los discos de freno y las pastillas en el soporte del diferencial. Sin montar éste en el coche, voy apretando los tornillos que sujetan las pastillas justo hasta que hagan tope en el disco de freno. Una vez en este punto voy soltando de media en media vuelta cada uno de los dos tornillos y midiendo con una galga la distancia entre la pastilla y el disco, montados y comprimidos en dirección al soporte del diferencial y la cabeza del tornillo hasta llegar a los 0.4 – 0.5mm de holgura. Una vez realizada esta operación con el disco de freno delantero, la realizo con el trasero.
El segundo paso, con el coche montado por completo, pero sin el filtro de aire, es ajustar la posición neutra del servo de gas que, con su muelle adecuado, quede en posición longitudinal con respecto al coche y siempre quedando el barrilete completamente cerrado (excepto la distancia mínima para el ralentí). Una vez tenemos el barilete ajustado, el siguiente paso es darle el recorrido del acelerador. Para ello vamos dando recorrido hasta que el barrilete se pierda de vista mirando esto desde el cuello superior del carburador.
El siguiente paso es ajustar el freno. La manera de frenado depende del piloto: hay a quien le gusta que frene más de delante, a otros les gusta que frene algo más de atrás, y a otros pilotos que frene por igual. Esto es lo que nosotros vamos a ajustar, ya que la intensidad deberá hacerse en el circuito, dándole la necesaria para ir a gusto y dependiendo siempre del agarre de la pista para procurar que en ningún momento las ruedas se bloqueen al frenar.
Lo primero que debemos hacer es colocar el ajuste rápido del freno en la emisora en la mitad. Posteriormente, nos vamos al recorrido total del freno en la emisora y vamos dando hasta que el muelle del carburador haga tope. Una vez ahí le quitamos unos 5 puntos, de esa manera nos aseguramos de que por mucho freno que demos con el ajuste rápido en carrera el muelle nunca va a comprimirse del todo y no romperemos el servo.
Seguidamente, con el servo puesto en la posición neutral, y únicamente con la varilla metida por las levas de freno, damos unos 10 puntos de freno (dejamos la posición del servo en neutro 10 puntos de frenado). Justo después de la leva ponemos 5 mm. de macarrón de silicona del más duro que tengamos y posteriormente el prisionero, ajustándolo de manera que empiece a rozar en las levas.
Una vez que tenemos los prisioneros apretados quitamos esos diez puntos de frenado y lo volvemos a dejar en la posición neutra. A partir de aquí llega el momento de ajustar más o menos la intensidad de frenado a “ojo”, ya que el último retoque hay que darlo en la pista.
Si vemos que las ruedas frenan muy poco o mucho daremos recorrido en el ajuste rápido en la emisora hasta que logremos una frenada medio fuerte. A partir de este punto, vamos roscando o soltando las varillas del freno para ajustar el porcentaje de frenado que queremos en cada tren.
Una vez terminado debemos ver que en cualquier posición no hay nada que roce o haga tope en algún sitio (caja del servo, soporte del diferencial central, etc.) y que pueda entorpecer la frenada o romper el servo. El ajuste de los frenos es uno de los puntos más dificultosos, y espero que este artículo os haya servido de ayuda.
Saludos, Team Mugen Sanlúcar